Inspección para alquileres

Lo que nadie te cuenta pero deberias saber

¿Qué es una inspección de vivienda para alquiler?

La inspección de una vivienda en alquiler es una revisión sistemática del estado del inmueble, que se realiza antes, durante o después de un contrato de arrendamiento. Puede ser técnica (realizada por un profesional) o visual (entre propietario e inquilino). El objetivo es verificar que todo esté en condiciones habitables, registrar el estado de conservación y evitar conflictos posteriores.

"Como arrendador, siempre he considerado fundamental hacer una inspección minuciosa antes de entregar las llaves. Una vez tuve un caso donde no revisé bien los electrodomésticos y el inquilino me reclamó una nevera que ya no funcionaba. Desde entonces, reviso todo: enchufes, grifos, persianas y hago fotos de cada rincón."

¿Por qué es importante la inspección antes de firmar?

La inspección previa a la firma del contrato de alquiler es una garantía para ambas partes. Para el propietario, evita reclamaciones por daños previos. Para el inquilino, es una forma de asegurar que entra a vivir en una vivienda en condiciones adecuadas.

"Recuerdo entrar en un piso que parecía estar en buen estado, pero a la semana salía agua del fregadero. El casero dijo que no era su responsabilidad, pero no había ningún documento de inspección. Aprendí que siempre hay que exigir una revisión conjunta y dejar todo por escrito".

No se trata solo de observar; se trata de documentar. Porque si algo falla a los pocos días, ¿cómo demostrar si ya estaba roto o si fue un mal uso?

¿Cuánto cuesta una inspección de vivienda para alquiler?

Depende del tamaño de la propiedad y la ciudad. En general, una inspección completa puede rondar entre 200€ y 730€.

Qué debe revisarse en una inspección: checklist completo

Tanto si eres arrendador como inquilino, este es el checklist mínimo que debes revisar antes de firmar nada:

Instalación eléctrica: enchufes, interruptores, cuadro eléctrico.
Fontanería: presión del agua, fugas, grifos, cisterna.
Electrodomésticos: que funcionen y estén limpios.
Estado de paredes y techos: grietas, manchas de humedad.
Ventanas y persianas: apertura y cierre correcto.
Pintura: estado general y posibles desconchados.
Calefacción y aire acondicionado.
Puertas y cerraduras.
Mobiliario (si está amueblado): buen estado y limpieza.

Una inspección no se hace en 5 minutos. Debe llevar al menos 30-45 minutos si se quiere hacer bien. Y siempre es mejor hacerla de día, con buena luz natural.

Tarifas

Documentar la inspección: claves legales y prácticas

Una revisión sin documento no sirve de nada. Lo mejor es que ambas partes firmen un acta de entrega con todos los elementos revisados. Puedes incluir fotos con fecha y, si quieres algo más detallado, un vídeo.

"Ahora siempre firmo un documento de entrega con checklist, y tanto si alquilo como si arriendo, exijo que se incluya una inspección previa y final. Es lo único que protege a ambas partes."

Este documento puede anexarse al contrato de arrendamiento. Así no hay dudas sobre cómo estaba el inmueble al entrar.

Inspección al final del contrato: cómo protegerse

Cuando el contrato termina, la inspección final es igual de clave. Aquí se compara el estado actual con el documento de entrada. ¿Hay deterioros? ¿Falta algún mueble? ¿Se han hecho agujeros en las paredes?

Tanto si eres el arrendador como el arrendatario, este paso puede ahorrar disputas, pérdida de la fianza y malentendidos.

Muchos propietarios lo olvidan o lo hacen mal. Algunos esperan encontrar el piso como nuevo, pero eso no es realista. El uso normal genera desgaste, y eso no es culpa del inquilino. Lo importante es distinguir entre uso habitual y daños por negligencia.

¿Puede el arrendador inspeccionar durante el alquiler?

Este punto es polémico. Muchos caseros creen que pueden "pasar a revisar" en cualquier momento. Pero no es así. Una vez alquilado, el inmueble es el domicilio del inquilino, y no se puede acceder sin su consentimiento.

"También me ha tocado tener visitas del propietario durante el alquiler. En un piso, el arrendador aparecía sin avisar “para ver que todo estuviera bien”. Me sentí invadido, porque no es su casa, ya es la mía mientras dure el contrato. Por eso defiendo que se haga una inspección clara al principio y al final, y que durante el contrato haya respeto y comunicación."

Lo ideal es acordar una o dos inspecciones al año con aviso previo. Si no hay acuerdo, el casero no puede entrar, salvo fuerza mayor o autorización judicial.

Consejos para inquilinos: cómo exigir una inspección justa

No firmes nada sin una revisión del estado de la vivienda.
Haz fotos y vídeos.
Pide un documento de entrega.
Si el propietario no quiere hacer revisión, proponla tú.
No permitas entradas sin aviso previo.
Deja constancia de todo por escrito (email, WhatsApp).
Al finalizar, acompaña la devolución de llaves con una revisión conjunta.

Recuerda: si no queda constancia de los defectos iniciales, podrías perder parte de la fianza por daños que ya existían.

Consejos para propietarios: cómo proteger tu inmueble legalmente

Haz inspección antes de entregar y documenta todo.
Usa una checklist y fotos con fecha.
Acompaña siempre la entrega con firma de ambas partes.
Si hay desperfectos, inclúyelos claramente.
Durante el alquiler, notifica cualquier visita con al menos 24h de antelación.
Al terminar, haz la revisión final con el inquilino presente.

Lo más importante es la comunicación clara. No se trata de desconfiar, sino de prevenir. Una inspección bien hecha evita juicios y reclamaciones.

Inspección técnica vs revisión informal: ¿cuál elegir?

Existen dos niveles de inspección:

Revisión informal: la hace el propietario o el inquilino. Es rápida y gratis.
Inspección técnica: la realiza un técnico especializado. Ideal si hay dudas estructurales, humedad, grietas, instalaciones eléctricas antiguas, etc.

Si el inmueble es viejo o se va a alquilar por larga duración, una inspección profesional puede ser una inversión inteligente. Especialmente para propietarios que quieren evitar denuncias por defectos ocultos.